El Jurásico fue un periodo de tiempo en el cual se desarrollo una gran plataforma en el macizo Ibérico. Todo gracias a un periodo de ralentización de la subsidéncia durante la etapa posterior a la de rift (etapa de post-rift). No obstante y como dije en una de las primeras entradas, en el macizo Ibérico durante el Mesozoico se producen dos etapas de rift y de post-rift. Así pues hacia finales del Jurásico, se iniciaba de nuevo otra etapa de rift.
El proceso de rifting iniciado durante el Jurásico Superior se debió principalmente a la apertura del golfo de Vizcaya y a la propagación del rift del Atlántico Norte. De esta forma se inicia de nuevo otro proceso de subsidéncia importante en el cual se forman 4 cuencas extensionales principales y discordantes con las cuencas (y depósitos) generados anteriormente en el primer episodio de rift; Estas cuencas son: Cameros, Maestrat, Columbrets y Sur Ibérica. Obviamente por proximidad nos interesa la paleogeografía ocurrida en esta última; Los sedimentos acumulados en esta cuenca son principalmente de muro a techo: carbonatos, sedimentos mixtos (carbonato-detrítico) y facies clásticas y carbonatos. Estos sedimentos se interpretan como: ambientes distales, ambientes litorales y costeros y ambientes aluviales y lacustres respectivamente.
Finalizando el Jurásico y entrando ya en el Cretácico (pisos: Berriasiense y Tithoniense) nos encontramos ante un periodo donde se generaliza el proceso de rifting (es decir la subsidéncia ocurre de forme general a lo largo de todo el Macizo Ibérico, y no ocurre de forma local en ciertos puntos del Macizo como ocurría en el inicio del rift). Esto viene acompañado de una sedimentación continental o marina somera. En el caso de la cuenca Sur Ibérica esto se representa mediante las formaciones Higueruelas (facies carbonatadas de ambientes marinos someros, principalmente barras submareales) y la formación Villar del Arzobispo (facies siliciclásticas correspondientes a llanuras mareales y sistemas deltaicos).
Ya en el Cretácico Inferior (pisos: Valanginiense, Hautiviense y Barremiense) se produce un amortiguamiento de la actividad tectónica y disminuye la subsidéncia. Las cuencas además pasan a tener un comportamiento local. En el caso de la cuenca Sur Ibérica la sedimentación se caracteriza por tres formaciones:
- Formación Aldea de Cortés. Compuesta por facies siliciclásticas y mixtas (carbonatos-detríticos) que representan ambientes de laguna, llanuras mareales y llanuras aluviales costeras.
- Formación El Collado. Compuesta de facies siliciclásticas aluviales.
- Formación La Huerguina. Formada por facies carbonatadas de lagos someros.
Estas formaciones se separan de las anteriores por una discontinuidad mayor (en la base) e intermedia (en el techo).
Para finalizar con la segunda fase de rifting (pisos: Aptiense-Albiense) se produce una reactivación de la actividad tectónica que produce que la subsidéncia se realice a nivel general en todo el macizo Ibérico y no en sitios puntuales como ocurrió durante el periodo Valanginiense-Barremiense. Durante esta fase final del rift se produjo además una sedimentación continental importante y una transgresión relevante del Tethys.
En la cuenca Sur Ibérica la transgresión marina del Tethys viene marcada por un deposito potente de carbonatos ricos en orbitolinas (un tipo de foraminífero) y rudistas de plataformas marinas someras (Formación Caroch). Esta formación se deposita indentándose en la formación Contreras de naturaleza mas siliciclástica y mixta indicando ambientes litoral y continental.Por encima de estas formaciones y coincidiendo con un proceso regresivo se depositan las formaciones Escucha y Sácaras correspondientes a facies siliciclásticas y mixta (siliciclásticas y carbonatadas) de ambientes deltaicos y aluviales costeros, y a sistemas perimareales respectivamente.
Figura 1. Cuadro cronoestratigráfico de la cuenca suribérica de la cordillera Ibérica. Modificado de la figura 5.25 del libro Geología de España de Vera y colaboradores.
Tras la segunda fase de rifting, y para finalizar con el Mesozoico, se produce la segunda fase de post-rifting que tiene lugar a lo largo de Cretácico Superior. Como es habitual en todo proceso de rift, durante la fase de post-rifting se produce una amortiguación de la subsidéncia (es decir que las cuencas cada vez profundizan menos), esto se junto al mayor ascenso eustático experimentado durante el Mesozoico, a la vez que el Atlántico y el Tethys se fusionaron. Este ascenso da lugar a que se pongan las condiciones idóneas para la generación de una plataforma (tal y como ocurrió en la fase post-rifting anterior). Tectónicamente (tal y como comentamos muy brevemente en una entrada anterior) se produce la rotación de la península ibérica lo que facilita que se den unas condiciones para que tengan lugar procesos sinsedimentarios.
Centrémonos ahora en la sedimentación. Habíamos finalizado la fase de rift en el Albiense. Pues bien, durante el Albiense Medio y hasta el Turoniense Inferior se producirá la subida eustática anteriormente mencionada, subida que, además, se producirá por pulsos, es decir que la subida general del nivel del mar será el resultado de varios episodios transgresivos, los cuales son:
- Primer episodio transgresivo (piso: Albiense Medio) No es reconocible en el Sector Levantino y en muchos lugares de la Cordillera Ibérica, solamente se reconoce en el Prebético.
- Segundo episodio transgresivo. (piso: Albiense Superior) En el Sector Levantino (que en el Cretácico se conoce como zona Ibérica Valenciana) se reconoce por el miembro Estenas de la Formación Aras del Puente que consiste en cuerpos de calcarenitas principalmente depositadas en los surcos subsidentes de esta área.
- Tercer episodio transgresivo. (piso: Albiense Superior). Todavía situadas en la formación Aras del Puente reconocemos un miembro nuevo, caracterizado por estar compuesto de facies carbonatadas con fósiles de Rudistas.
A final de este último episodio transgresivo se había conformado una nueva plataforma marina somera (Formación Aras del Puente) a base de tres pulsos de subidas del nivel marino, que fue depositando sedimentos cada vez mas profundos.
Los episodios transgresivos pararon cuando se inició un episodio regresivo (piso: Albiense Superior- Cenomaniense inferior), durante el cual se depositaron facies margosas que en conjunto definen la Formación Margas de Chera. Esta formación se interpreta como sedimentos costeros o de laguna, es decir sedimentos litorales que representan un avance del cordón litoral hacia el interior de la cuenca debido al descenso eustático. Sin embargo este episodio regresivo dura poco y durante Cenomaniense Inferior se produce:
- Cuarto episodio transgresivo (pisos: Cenomaniense Inferior-Cenomaniense Superior) Esta vez el Tethys inunda el macizo Ibérico hasta llegar a la Sierra de la Demanda-Cameros, esto da lugar al deposito de carbonatos muy estratificados y dolomitizados conocidos como la Formación Villa de Vés. En esta formación se incluyen varias capas de naturaleza margosa asociadas a episodios de laguna-restringida; de muro a techo son: Capas Margas de Pinarueco, Capa Margas de Poveda y Capa Margas de Pozuel.
- Quinto episodio transgresivo (pisos: Cenomaniense Superior - Turoniense Inferior) Este episodio supone el mayor ascenso eustático del Mesozoico y permite la instalación de facies de plataforma abierta en la Cordillera Ibérica. La formación que representa esto es la denominada Formación Picofrentes (sedimentos finos bioturbados con gran contenido fósil de ammonites y nautiloideos, lo que la hace una formación idónea para un estudio bioestratigráfico).
Tras este quinto episodio transgresivo se produce a su vez un episodio regresivo muy importante durante la mitad del Turoniense Inferior-Turoniense Medio que lleva a que la plataforma quede expuesta y se dolomitice dando lugar a la formación de Dolomías de la Ciudad Encantada. En principio este episodio regresivo estaría formado por una serie de secuencias de 1 M.a. de duración que culminan con una discontinuidad estratigráfica importante que, por el momento, no ha sido reconocida en España, pero sí a nivel global.
- Sexto episodio transgresivo (pisos: Turoniense Superior). Tras este episodio regresivo, en el Turoniense superior tiene lugar un ascenso eustático importante, entrando el agua desde el margen cantábrico e inundando la Cuenca Ibérica de nuevo. En el sector levantino de la cuenca ibérica este episodio transgresivo se representa por la formación Margas de Alarcón.
Este sería el ultimo episodio transgresivo importante del Cretácico. A lo largo de los pisos siguientes (Coniaciense y Santoniense) en la zona Ibérica valenciana la formación representativa seguiría siendo de la formación Margas de Alarcón. Sin embargo en otras partes de la cuenca Ibérica se distinguen dos episodios transgresivos-regresivos, que dan lugar a formaciones de distinta naturaleza.
En la fase final del Mesozoico tiene lugar un cambio en la dirección de la placa africana. Esto afecta a la microplaca ibérica que deja de rotar y detiene la apertura del margen cantábrico.
Durante el Santoniense superior - Campaniense medio la situación general, es muy parecida a la del Cenomaniense, es decir, se daban las condiciones necesarias para que tuviera lugar una plataforma que ocupa la mayor parte de la cuenca Ibérica. En la Ibérica valenciana se depositaron las calizas bien estratificadas de la Formación Sierra de Utiel.
Finalmente durante el Campaniense medio - Campaniense superior los sedimentos en la Ibérica Valenciana corresponden a las calizas de la formación Sierra Perenchiza.
Figura 2. Unidades litoestratigráficas de la Cordillera Ibérica valenciana, mostrando todas las formaciones y las relaciones genéticas entre ellas. Modificado de la figura 5.30 del libro Geología de España de Vera y colaboradores.
En síntesis el Cretácico de la Cordillera Ibérica, y por tanto la segunda y ultima fase de post-rift sería:
Figura 3. Columna estratigráfica sintética del Cretácico de la Cordillera Ibérica, de la figura solamente nos interesan las unidades que van del Albiense al Turoniense superior, puesto que serían las que podríamos encontrar en el sector ibérico valenciano. Sin embargo los episodios regresivos y transgresivos que ocurren en la Cordillera septentrional son los mismos que ocurren en el sector ibérico valenciano. Modificado de la figura 5.37 del libro de Geología de España de Vera y colaboradores.
BIBLIOGRAFÍA
VERA, Juan Antonio y colaboradores.
Geología de España. SGE-IGME, Madrid, 890 p. ISBN 84-7840-546-1.